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domingo, 17 de abril de 2011

MOURINHO GANÓ EL PRIMER ASALTO

Real Madrid y F.C. Barcelona empataron a uno en el primero de los cuatro Clásicos que tendrá el mes de abril. Los dos tantos fueron de penalti. El primero lo materializó Messi, que logra así marcar su primer gol a un equipo dirigido por José Mourinho, y la igualada la consiguió Cristiano Ronaldo desde los once metros, logrando así su primer tanto ante el conjunto azulgrana. Este empate deja la Liga casi sentenciada, con el Barça a 8 puntos más el gol average del Madrid (osea, a 9), pero se vieron cosas en los blancos que pueden servir de patrón a seguir en los próximos encuentros.

Sin duda, el Clásico de este sábado era el más descafeinado de todos. Los 8 puntos de distancia entre uno y otro son una diferencia bastante amplia y, aunque el F.C. Barcelona hubiese perdido, seguiría teniendo un colchón de 5 puntos (más el gol average, seguramente) difícilmente salvable por los blancos por más que hubiese vuelto la campaña de “¡Hay Liga!”.

Indudablemente, el encuentro de este miércoles de final de Copa del Rey y las eliminatorias de Champions tendrán una significación mayor, ya que en la primera se están jugando el título literalmente y en la segunda, el pase a la final.

Pero, lejos de lo que marcan los números y las tablas de clasificación, el Real Madrid dio una imagen distinta.

El F.C. Barcelona llevó la iniciativa del juego con posesiones largas de balón que llegaron al 81%. El balón era para los de Pep Guardiola, pero no llegaban con la misma facilidad que en el encuentro de ida.

La premisa que quiso transmitir José Mourinho fue algo así como: “Rompamos su juego y sorprendamos al contraataque”. Para ello colocó el famoso trivote que tantos quebraderos de cabeza trajo durante los días anteriores a aquellos que intentaban predecir cómo jugarían los blancos. Esas tres piezas en medio campo estaban formadas por Xabi Alonso, Khedira y Pepe. De ellos, destacaría la gran vocación ofensiva que tuvo el alemán y sus constantes subidas al remate y llegadas desde la frontal. En una de ellas, casi al final del partido, tuvo la posibilidad de completar la remontada con un potente disparo, tras pase de Adebayor, que blocó Valdés. Pero sin duda, el mejor de ese trivote (y en mi opinión, también del Madrid) fue Pepe.

El portugués se ubicó en el medio campo con la única misión de destruir toda la creación del Barça. Estuvo muy activo durante el encuentro y siempre estaba encima del poseedor del balón. Sobre todo, Iniesta y Xavi fueron los que sufrieron la presión del ex del Oporto. Es aquí cuando uno echa la vista atrás y le da sentido a la ubicación de Pepe en el doble pivote en el partido contra el Athletic de Bilbao en San Mamés. ¿Ensayo previo de Mourinho?...

Por delante de ellos estaban Cristiano, Benzema y Di María. Discreta la actuación del francés; correcta la del argentino; y notable la del portugués. Se notaba que era un partido importante para Ronaldo. Salió enchufado desde el principio pero supo controlar el nerviosismo que a veces le pierde cuando las cosas no salen. Al fin rompió el maleficio goleador con el Barcelona gracias a un tanto de penalti, pero antes tuvo un cabezazo que sacó Adriano en la línea cuando el Bernabéu gritaba el gol, y más tarde envió una potentísima falta al poste.

Otro de los temas a destacar en los madridistas fue la contribución de Mesut Özil cuando salió al campo en la segunda parte. Cada vez que el alemán se hacía con el balón trasmitía seguridad para los suyos y peligro para la meta de Valdés. Recibía pegado a banda y encaraba recortando hacia dentro hasta plantarse en la frontal del área. En una de esas le hicieron una falta cerca del semicírculo del área que, aunque era mejor para un zurdo como él, “se la pidió” Cristiano.

Por su parte, los jugadores de Pep Guardiola siguieron con su estilo de juego a pesar de que vieron claramente el planteamiento pasivo del Madrid.

Recibieron el mensaje del conjunto local y se hicieron con el balón. Tocaban y tocaban en su campo con el fin de sacar a los blancos, pero no dio resultado. Así pues, cada vez que intentaban llegar se topaban con el trivote, especialmente con Pepe como dijimos antes, y sino, con la línea de cuatro atrás. Resultaba muy complicado llegar al arco de Casillas jugando el balón por el suelo, por lo que tuvieron que jugar un poco más directo.

Así llegó la jugada del gol. Balón largo que luchan Villa y Albiol y el asturiano saca provecho en el forcejeo provocando un penalti claro que transformó Messi.

Fue aquí cuando llegó la expulsión justa del valenciano, la vuelta de Pepe a la posición de central y la mayor libertad de Marcelo para atacar. En una de esas, el brasileño recibió el balón y fue derribado por Dani Alves dentro del área. Penalti sin expulsión (en mi opinión debió de ser la segunda amarilla) que acabó marcando Cristiano Ronaldo para poner las tablas finales.

En resumen, aunque este partido y el resultado obtenido no les sirva a los madridistas más que para confirmar que la Liga tiene pie y medio en Barcelona, José Mourinho sí que puede extraer alguna conclusión importante y su planteamiento puede ser el patrón a seguir en los siguientes Clásicos.

1- De nuevo, un buen sistema defensivo puede hacerle ganar a Mourinho en sus choques contra el F.C. Barcelona.

2- Los blancos no cayeron en la tentación de salir a presionar al Barça y supieron esperar atrás evitando así otra posible goleada.

3- El trivote rompió totalmente la creatividad de los de Guardiola y eso se vio en el poco protagonismo que tuvieron Villa y Messi, cuya contribución se redujo a alguna arrancada y al gol de penalti.

4- No sé si será cierto que el técnico portugués ensaya con diez jugadores antes de jugar contra el Barça, pero los “merengues” no se desmoronaron tras la expulsión de Albiol. Es más, lograron empatar y la tuvieron clara para remontar.

5- Aunque los azulgranas siguen siendo mejor equipo y su juego es el más efectivo de todos, parece que Mourinho ha encontrado la forma de contrarrestarlo, al menos en este choque.

Ya se ha luchado el primer asalto. En mi opinión, el planteamiento de José Mourinho fue superior al de Guardiola, pero veremos qué ocurre en los tres siguientes.